about everba

comité editorial




 


 


Ficha bio-bibliográfica

Buenos Aires, 8/12/1910 – 29/07/1989.

Autora de libros de ficción, ensayos literarios, estudios históricos, provenía de una familia de inmigrantes ruso-judíos que a comienzos del siglo veinte se habían radicado en el litoral argentino y luego se trasladaron a Buenos Aires.

En su juventud había estudiado canto con Clara Oyuela y, ya casada, composición musical con Jacobo Fischer. Integrante de la Asociación de Jóvenes Compositores de la Argentina, estrenó varias piezas suyas para piano y canto a fines de los ’40. Recibida en el Profesorado de Historia en 1935, comenzó colaborando en la segunda mitad de la década del treinta en la revista Claridad, sobre temas históricos y políticos. De ahí la sorpresa que expresa Mario Bunge en una carta  que le envía cuando publica su primera obra de ficción: “La tenía más como científica que como literata”.

Su producción literaria arranca en 1946 con la novela El retorno de la primavera, saludada en su momento como la aparición en las letras del país de un nuevo Roberto Arlt. A este libro siguieron: La Casa Modesa (1949), colección de relatos en donde la alienación de la mujer inaugura la literatura de género en el país: Cantos de mi domingo (1956), poemas; El hilo grabado (1962), cuentos; Hombre-Tiempo. Secuencias de Amós (1974). Mención Especial de la Secretaria de Cultura de la Nación a la producción literaria del trienio 1972-74. Su pieza teatral Los que derrocaron a Dorrego tuvo Mención Especial en el Concurso Argentores-Odol (1972).

Tradujo del francés numerosas obras literarias y ensayísticas y prologó las de Emile Zola, Petrus Borel, Gerard de Nerval, Michel Butor, Jacques Roumain, Lu Shin y otros, así como trabajos de crítica literaria sobre Erskine Cadwell, Hölderlin, González Tuñón, Montfocon de Villars, el Dante. Estos ensayos están reunidos en un tomo inédito, Los hijos del Cielo y de la Tierra, sobre lo demoníaco en el arte. Un extenso estudio sobre Bernardo Verbitsky, El dilema acción-pensamiento y la conciencia del escritor, fue publicado en Dispersión y Unidad, Jerusalén, 1978. Un poemario, Color de Siete Días, varias piezas teatrales, una novela inconclusa y otros trabajos permanecen inéditos.

El día que falleció, sobre su escritorio había numerosos apuntes para un extenso trabajo sobre la Revolución Francesa (era el año del bicentenario); el borrador de una conferencia que debía dar dos días más tarde sobre el escritor correntino Gerardo Pisarello, amigo entrañable de Fina; y el borrador inicial de la carta “La mujer violada”, enviada unos días antes al diario La Nación

Fina Warschaver perteneció a la Argentina invisible, la que trabaja infatigable en la sombra, lejos del escenario, aferrada a la autenticidad y a lo profundo”, había dicho el escritor Raúl Larra, al despedir sus restos en nombre de la Sociedad Argentina de Escritores, el 30 de julio de 1989.

El primer abordaje sistemático de la obra de F.W. apareció en la Historia Crítica de la Literatura Argentina, Tomo 11, dirigida por Noé Jitrik, en el trabajo de Elsa Drucaroff: “Warschaver: palabras para un tiempo no escrito”. Novelista, ensayista y docente universitaria, Elsa Drucarroff ha escrito otros trabajos sobre F.W. y, por primera vez, ha incorporado el análisis de sus obras en la carrera de letras de la UBA.

 

Comentarios, opiniones, polémicas

“Acabo de terminar la lectura de El retorno de la primavera. Acepte la felicitación literaria de un físico, con la seguridad de que al menos es sincera. (...) Con un material corriente –si bien integrado por observaciones y experiencias muy precisas- Ud. ha realizado una obra de arte. En cuando a los méritos le encuentro, entre otros, (...) gran conocimiento de la mujer porteña semiproletaria, ese tipo de conventillo en trance de desaparición, y cuyos sufrimientos nunca empañan el brillo ficticio de la novela convencional, y que a lo sumo sirven de pretexto para malos alegatos. (...)  Literatos hay muchos, pero son pocos los que realmente tienen el deber de dedicar su vida a la literatura, como lo tiene Usted”. Mario Bunge, 1948, en una  carta a propósito de el 15 de marzo de 1947.

“Usted es una escritora hecha. No una ‘literata’, sino una creadora. (...) Sabe evocar, ahondar en el alma, y decirlo con la tensa voz de los escritores verdaderos. (...) Sepa que la cuento entre nuestros mejores narradores de hoy.” Fermín Estrella Gutiérrez, 1965, en una carta a propósito de El hilo grabado.

 

El retorno de la primavera (Editorial Claridad, Buenos Aires, 1947): la revelación literaria.

“Está lejos de sugerir el título de este libro extraño, la densidad de su contenido, el vigor de su estilo y la novedad de su desarrollo.  (...) No hay trama alguna en esta obra formada por una serie de episodios distintos pero que convergen en la modesta plaza del suburbio. Sus personajes no tienen más vínculo entre ellos que su diario sufrir y su diario esperar. Magistralmente se describe allí el descenso de uno de esos seres en el mundo informe de la demencia  No nos sorprendería que en sus posibles libros futuros, esta sutil observadora de la vida de los humildes, nos revelara que la obra suspendida por aquel malogrado y atormentado narrador que fue Roberto Arlt, tiene su continuadora en la literatura argentina.” Diario La Prensa, 9.III.1947.

(...) “Con Nueve lunas sobre Neuquén, de Amorín;  Tutearse con el peligro, de  Yunque; Los Robinsones, del rosarino Roger Plá; y  El Retorno de la primavera, de Fina Warschaver,  iníciase entre nosotros una etapa moderna de la novela realista. F.W. así lo demuestra en su libro: galería de sentidas escenas populares, aparentemente deshilvanadas como el mismo vivir... La plaza es el espejo colosal a través del cual sus personajes contemplan su vacío existir de seres azotados por la tragedia.” Lumbrano Zas, semanario Orientación, marzo de 1947.

(...) “Como un minucioso documental, espontáneamente se piensa en Yoris Ivens.” Emilio Novas, en la revista Expresión, 1947.

 

La Casa Modesa (Editorial Lautaro, Buenos Aires, 1949): la alienación, el universo femenino, la literatura de género y los tribunales partidarios.

“Leí su libro. Apreciación sintética: bueno. Si se tiene en cuenta que ha sido escrito por una mujer: muy bueno. (...) Su fuerte, no obstante, a mi juicio, es su punto vulnerable. Porque su fuerte –el psicoanálisis- es un arma de dos filos. Para frecuentar los llamados ‘territorios nocturnos del alma’ y proyectar allí alguna luz se requiere una valentía y una franquea difícil en el hombre, casi insalvable en la mujer.(...) Insisto, para su gobierno, que Usted tiene condiciones literarias nada frecuentes en la mujer.” Elías Castelnuovo, 1949, en una carta a propósito de La Casa Modesa.

(...) “Resulta instructiva su lectura para todo aquel que alguna vez haya querido investigar el margen existente entre el escritor y el literato (...) Hay la indiscutible presencia de una escritora original, que nos introduce además en el complejo mundo femenino, siendo éste un testimonio valioso que no siempre percibimos en las mujeres que escriben (...) Demuestra, además, cómo la verdadera captación de la realidad, más compleja de lo que comúnmente se cree, puede llevar a la creación puramente fantástica.” Bernardo Verbitzky, 1949, sobre La Casa Modesa.

 “F.W. ofrece un cautivante reflejo del mundo actual a través del temperamento y las reacciones de su personaje femenino central, neurótico y cambiante, dolorido, temeroso y audaz al mismo tiempo.  (...) Pocas veces es dable encontrar el estado de neurosis femenina expuesto con mayor fidelidad y tonos más certeros para alcanzar la sensibilidad del autor. Bastará para probarlo la lectura de ‘Angustia’, que sobrecoge por la exactitud de su pintura (...)  F.W. muestra una familiaridad no corriente con el psicoanálisis y la psicología profunda y se nos revela como una autora de condiciones excepcionales.” Diario La Capital, Rosario, 22.VIII.1949

 “F.W. es una escritora de relevantes cualidades.  (...) Su obra ... es el conflicto de la hora presente a través del temperamento de una mujer; o mejor dicho, es el reflejo psicológico de ese conflicto con su secuela de angustia y desesperación. La Casa Modesa es una obra fecunda y trascendente, tanto como denuncia y como exposición psicológica del conflicto integral de la época.” Ramón Amaya Amador, Córdoba, 1949

 (...) “ La Casa Modesa es un libro cruel.  El libro de la angustia.  (...) El clima torturante de la angustia va en crescendo desde el primero hasta el último de los relatos, encadenándolos entre sí por medio de la protagonista. Es este estado el que provoca el estremecimiento constante que transcurre entre la realidad y los sueños, cuando el pensamiento toma forma y se corporiza para adelantarse o eludir los sucesos (...) Con nobles elementos estéticos la autora construye su obra, esta obra viva y dolorosa, siempre personal.  Su autora logra  así un lugar entre las letras.” Diario Crítica, 1949.

(...) “Juzgada por un comité convertido en tribunal literario, La Casa Modesa sería condenada por burguesa, por minoritaria. Vista desde este ángulo, F.W. es excesivamente sutil.  Comete el pecado de actuar con intención revolucionaria dentro del arte. (...) Su expresión, en muchas de sus páginas alcanza el grado de lo hermoso (...) hasta alcanzar resonancias de universalidad”. Diario La Nación, 1949

Nota: El hipotético tribunal al que alude el comentarista de La Nación existió. Fue convocado, sin la presencia de la autora, por la Comisión de Asuntos Culturales del PC para juzgar las “desviaciones formalistas y burguesas” del libro. En esa reunión, el escritor Gerardo Pisarello defendió firmemente a F.W. y advirtió sobre los riesgos de “mutilar la libertad creadora que necesita un artista para reflejar su mundo de experiencia”. En los párrafos más salientes de su intervención –que años después (1968) le hizo llegar a F.W.-, señaló: “Resulta casi siempre nocivo para toda obra artística forzar las situaciones para condicionarla a una solución política que no le corresponde a ella darla. Por ese camino se le impone a esa obra la exigencia del panfleto.” Añade Pisarello que “en la novela de Fina predominan las sensaciones de angustia y de impotencia de una mujer sitiada por una realidad”, y se pregunta: “¿Le está vedado a un escritor comunista retratar ciertos tipos de personajes, reflejar determinados tipos de psicologías en sus novelas? Si se aceptara esto como norma, sería contraproducente” y el escritor viviría “siempre bajo el temor de herejía política. Y esto no haría sino conspirar contra su obra. Lo condenable es hacer mala literatura, sea su tema revolucionario o no.”

Otro documento revelador de esa polémica interna, es una larga carta del poeta Simón Contreras a F.W., de la que se transcriben dos párrafos.

“Estimada Fina: He leído La Casa Modesa de un ‘tirón’, es decir, interesado por su texto y apresado por el mensaje dramático que de él trasciende más allá de la voluntad de creación. Creo que realiza Ud. un verdadero aporte a nuestra literatura y le considero la mejor entre los escritores de nuestro Partido, incluyéndome con honor por supuesto. No es casual que Ud. tome el toro por las astas y se sumerja en la literatura de imaginación. (...) Dispense Ud. mi precaria condición de crítico. Deseo, únicamente, dejar constancia escrita de mi actitud ante su libro. Por otra parte, siento una profunda indiferencia por la crítica literaria sin genialidad, esa misma que no ha logrado captar que es Ud. una escritora de raza y que acaso, lo más celebrable de su libro sea lo que significa como anticipo de una gran carrera de artista. Simón Contreras, El Palomar, 17 de octubre de 1949”.

Miembro fundador de la mítica Asociación Arte Contreto-Invención, Simón Contreras fue co-firmante del Manifiesto Invencionista, junto con Edgar Bayley, Manuel Espinosa, Alfredo Hlito, Raúl Lozza, Tomás Maldonado, Enio Iommi y Primaldo Mónaco, entre otros. Este célebre documento apareció en la revista Arte Concreto N° 1, 1946 y fue el punto de arranque de la primera vanguardia orgánica de la Argentina y América latina, integrada por artistas plásticos y poetas, como Bayley y Contreras. Casi todos sus integrantes eran miembros del comunismo local pero tras los ataques de Zhdanov, en la URSS, al “arte formalista” y “decadente burgués”, fueron forzados a abandonar sus filas. La parte final de la carta de Contreras alude, evidentemente, a que La Casa Modesa fue silenciada en la prensa partidaria de entonces.

 

El hilo grabado (Editorial Futuro, Buenos Aires, 1961): el fervor por la criatura humana.

(...) “Rumoroso caudal de almas que pasan.   (...) F.W. es una observadora sagaz y humana que parece ir con una lupa para ahondar en esos seres anónimos, sus personajes. (...) Todos tienen una tremenda belleza, transmitida por el sentimiento de vivir de la autora. Los  cuentos se leen en profundo e invaden el espíritu como una grave música de cámara”. Diario La Razón, 1961.

(...) “Este libro pone en órbita a una escritora de fuste. (...) El hilo invisible que enhebra los relatos está en la rueca de la pasión humana, del fervor por la criatura humana. Su obra es esencialmente poesía”. Revista Presente, 1962.

 (...) “F.W. se define bien gracias a la concisión del estilo y al interés breve y fulminante de la trama. Controla su capacidad poética y pocas frases le bastan para perfilar sus dolientes personajes. (...) El acto puro guía su estilo seguro.” Ulises Petit de Murat, 1961, sobre El Hilo Grabado.

“Queda en pie la cuestión de la innegable capacidad literaria de la autora; pocos libros se han escrito estos últimos tiempos con parecido despliegue de recursos técnicos. 'El despertar de las mariposas’, trata con hermoso simbolismo y ternura pocas veces vista el despertar sexual de la niña en un mundo hipócrita y superfluo.” Zamudio Barrios, Cuadernos de Cultura, 1962.

 

Hombre-Tiempo. Secuencias de Amós (Edición del Botero, Buenos Aires, 1973): el autor como eje de su obra.

“...es posible abordar esta serie de relatos desde un ángulo al cual retornan con insistencia: se trata de ese cruce de caminos la cual F.W. se torna, al mismo tiempo, artífice y crítica de su propio material. (...) Esto señala el compromiso que la autora establece con la literatura: no se trata para ella de utilizar las palabras como simples mediadoras de consignas y de ideas monótonamente repetidas, sino de convertirlas en núcleos a partir de los cuales se va fraguando una realidad distinta. Se trata, en definitiva, de convertir el lenguaje en un camino a través del cual surgirán las imágenes y obsesiones de un tiempo interior...” Norberto Soares, semanario Acción, 1973.

 

 

Copyright Notice: all material in everba is copyright. It is made available here without charge for personal use only. It may not be stored, displayed, published, reproduced, or used for any other purpose whatsoever without the express written permission of the author.


This page last updated
01/21/2004
visits
ISSN 1668-1002 / info


y