Andrés Calamaro: Su nueva Carrera Solista (1998-2001)
por Diego SiegelwachsSi bien Andrés es en Argentina uno de los representante por excelencia del Rock'n'Roll "clásico" (más cercano a sus orígenes euro-americanos), la culminación del éxito de su carrera se da en España con la agrupación Los Rodríguez a principios y mitad de los '90. Es por eso que no me atrevería a hablar de Andrés Calamaro como cantante argentino o español, sino que más bien lo catalogaría como músico de Rock en español. Creo que esta introducción sienta las bases para que pasemos ahora sí a hurgar en su más reciente pasado y presente.
La trayectoria musical de Andrés se da a comienzos de los años '80 en Los Abuelos de la Nada (antes ya había hecho sus primeras experiencias, sin embargo, en Raíces), nada más ni nada menos que junto a músicos de gran envergadura para lo que era el panorama local como ser el difunto Miguel Abuelo o Daniel Melingo. Luego su carrera solista continúa hasta formar Los Rodríguez en España junto con otro argentino, Ariel Roth y dos compañeros ibéricos, así como con un puertorriqueño. En el presente artículo sin embargo deseo abordar su último y actual trayecto como solista que comprende el fructífero período 1998 hasta los días de hoy.
El Salmón: Menú de cinco platos (2001)
Lo primero que me viene a la mente, entonces, es pensar en la actualidad de su música, para comenzar en dirección inversa a toda teoría evolucionista. Andrés Calamaro acaba de editar su tercer álbum solista luego de la disolución de Los Rodríguez allá por finales de los '90. El mismo se titula "El Salmón" y se trata de una placa quíntuple - sí, 5 CDs de temas casi exclusivamente nuevos - que a principio de año (2001) vieron la luz. Este último disco relativiza el postulado que sentó las bases introductorias de este artículo en cuanto al estilo rockanrolero "clásico" que le es atribuido: Solo a un músico exitoso como Andrés Calamaro se le permite el capricho de sacar un álbum sin restricciones comerciales, 5 placas de una vez y de calidad, en algunos casos, más bien de grabaciones caseras para ser escuchadas en la intimidad de los que nos quieren y jamás nos lastimarían con sus críticas, pero jamás para figurar siquiera en un disco que sale al mercado y tan lejos está del Rock que se le conocía.
Digamos que el disco refleja el proceso de grabación de un disco común, en donde de 105 canciones quedan 15 o 30 (si es que se va a hacer un disco doble), pero jamás la totalidad de ellas. De todas maneras resulta interesante la experiencia de sentirse junto a un músico compartiendo la gestación de su proyecto. Para ser justo con el producto, creo que debo confesar que éste contiene excelentes canciones y vale la pena. El precio también es accesible y no difiere del de un disco doble. Por ende, admiradores del Rock en español, vayan a las tiendas que no quedarán defraudados. Eso sí, prepárense para un Andrés de a momentos totalmente compenetrado en el divague y el desafino intencional.
Quienes deseen tener un buen aterrizaje en los sonidos de la placa aconsejo las primeras 4 canciones del disco 1, en especial escuchar de un tirón la segunda ("El Salmón") y la tercera ("Días Distintos") que conservan algo del Andrés que conocemos pero incluyen al "nuevo" carácter. También la versión con base rítmica Tecno de los '80 de "Revolución Turra", Track 22 del mismo Disco 1, es muy buena. En el Disco 2 hay también varios temas muy aconsejables, como ser "El Mambo" (Nro. 5 - sonido mambo interpretado por Calamaro) o "Jugando al Límite" y "No sé olvidar", ambos rockanroles con bastante potencia, tanto en ritmo como en letras. En el Disco 3 hay una canción que merece mi predilección: "Canalla". Aquí Andrés aclara que no es hincha de fútbol del equipo Rosario Central y se compenetra en el hijo de puta que todo hombre (y tal vez mujer) lleva adentro. Naturalmente hay muchísimos temas más que podría comentar y valen la pena de ser saboreados. La constante en este disco quíntuple parece ser la base rítmica del Funk hablado por Andrés y sus rimas típicas bajo el criterio de la libre asociación de ideas. El Disco 4 y 5 pueden ser dejados en la caja y ser escuchados por arqueólogos del año 3000 para ver si le encuentran significado. Andrés dice con respecto a su disco: "Gracias por elegir la dirección contraria, la del Salmón que frente a la corriente sublima la vida y la especie (...)".
Catarata de Canciones: Honestidad Brutal por dos (1999)
El segundo disco solista de Andrés Calamaro luego de Los Rodríguez se titula "Honestidad Brutal" y data de finales de 1999, presto a despedir el milenio. En este caso se trata nada más que de un excelente disco doble, en el cual se vislumbra lo que vendrá en "El Salmón" pero conserva la fuerza y relativa armonía de tonos y acordes de Los Rodríguez. De aquí salen excelentes piezas musicales como "Te quiero", un Rock melancolicón o "Cuando te conocí". Las historias que los textos nos transmiten redundan en los accidentes, pasiones, pérdidas y desencuentros amorosos. Digamos que esta es una constante del músico en cuestión.
El tema "Maradona" - dedicado al mejor número 10 de la historia mundial del fútbol - es la excepción a la regla. Este es un homenaje al controvertido personaje que fue, es y será Diego Armando. Andrés le canta expresando su afecto y admiración incondicional y se gana así con ello la aprobación de la mayoría de los argentinos. Pero tampoco se podría decir que este tema es resultado de una estrategia comercial, ya que quien haya visitado un concierto en vivo del músico y haya echado un vistazo en los entretelones sabe que Andrés siempre lleva consigo la camiseta número 10 de Boca Juniors que le obsequió El Diego.
"Victoria y Soledad" es mi canción preferida del Disco 2 de este álbum. Más que nada porque la historia narrada de su casi alcanzada, pero en fin tan solo ansiada aventura con dos hermanas a la vez. La historia es contada de forma muy particular y musicalizada adecuadamente, de tal manera que disloca los sentidos porque es justamente lo que melódicamente nunca se esperaría en semejante situación. El álbum completo vale la pena ser escuchado, las historias que se relatan y la música hacen de él una agradable experiencia.
Alta Suciedad (1998)
Este es el primer disco solista de Andrés Calamaro luego del período Los Rodríguez. De aquí se desprenden éxitos como el primer corte "Flaca", que describe muy bien la superación del dolor desgarrador que acompaña todo final de relación amorosa, o "Loco", en la cual parecería que Andrés nos canta con un porrito a mano sentado en el banco de una de esas soleadas plazas típicas de Madrid o Buenos Aires al comienzo del otoño.
"Donde manda Marinero" es una interesante versión melancólica, de esas como solo Calamaro puede interpretar. Aquí Andrés descubre que a veces es suficiente saber qué es lo que no se quiere y vivir tranquilo con el "no saber" como proyección hacia futuro. El resto de canciones que acompañan el disco son en menor o mayor grado bastante agradables para escuchar aunque pecan de melancolía y cierto estado depresivo, que por suerte aparece vestido de interesante.
Conclusión
¿Qué más se puede decir de Andrés Calamaro? Mucho. Para quienes deseen observar su trayectoria musical y de vida, ambas estrechamente ligadas en alguien que vive la música y en su música refleja su vida, tendrá la impresión de que Andrés mira para atrás, hacia sus comienzos, habiendo integrado las experiencias vividas en más de dos décadas de vida en el mundo de la música profesional. Quizás muchos ansíen que retome la ruta que tenía en Los Rodríguez (me incluyo de a momentos), ya que cada vez se ha hecho más difícil escucharlo. Pero sería terrible intentar meterse a manipular la vida de alguien tan solo por un capricho egoísta: El hecho de consumir su música. No se le puede a nadie pedir que viva en función de los otros. O se aprende a acompañarlo con tolerancia y apertura mental o se lo deja seguir su camino.
Diego Siegelwachs
Berlín, Marzo del 2001
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